Por Rudy Cotton
Director Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida Guatemala – Diciembre 2017
Elmar Rojas, la presencia del arte latinoamericano en el pasado, presente y futuro. Nacido en San Raimundo de Peñafort, municipio de Guatemala en 1942, es uno de los más prolíficos artistas visuales guatemaltecos, que ha ido dejando su genial huella, a través del tiempo en su impecable y creativa factura de su obra pictórica. Una obra llena de lirismo, metáforas y de una gran sensibilidad humanista, el recuperador de un pasado ancestral en lo mestizo y popular. Desde su inicio hasta sus fulgurantes épocas de los años 60’-70’, que muestran el contenido testimonial de una época cruel y sangrienta de una Guatemala eternamente martirizada. La virtud del realismo mágico, eso que impacta en su obra, pasando por sus series de Espantapájaros, Torofuegos y de los Palos voladores, llenos de magia y color que de inmediato nos conectan, en el universo de los más grandes y connotados pintores latinoamericanos de nuestra historia. Elmar Rojas es el Gran Premio Iberoamericano “Cristóbal Colon” 1984 y de tantos otros reconocimientos más, que solo los destinados con perfiles dedicados a toda una vida entera al universo creativo del arte, son gratificados. No todos los artistas llegan a esos niveles de un gran creador, que ha trascendido a través de su refinado oficio en la pintura, en ese orden él es uno de los pilares fundamentales de las Artes Visuales latinoamericanas, con sus trascendentales realidades creativas. Ni pintoresco ni folclórico, más bien un ser inteligente y concreto, reconstructor de una identidad, frente a la voracidad del consumismo despiadado de las comunicaciones de hoy día. La propuesta del maestro nacida en esta tierra alucinante y cruel que se esfuma entre lo absurdo e inverosímil, entre la pobreza y la riqueza de un mestizaje tan doloroso de una Guatemala saqueada y maltratada. La reconstrucción grafica de Elmar Rojas, es el nacimiento deslumbrante de un génesis que nos invita a viajar hacia el futuro, a esos lugares lumínicos, provenientes de un ser lleno de gran sensibilidad, que con su poesía grafica nos señala el canto de la humildad, de nuestras tradiciones y de nuestro pasado ancestral, Los Mayas una de las culturas más desarrolladas de la humanidad, que nos enseñó en su cosmovisión, las constelaciones grabadas en piedra del firmamento universal.


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